¿Dónde quedamos, mi amor? ¿Dónde están los dos chicos de 15 años que no sabían por dónde empezar a quererse? ¿Dónde quedó guardada esa promesa que hicimos hace ya tanto tiempo? ¿Dónde estás?
¿Qué pasó con la persona que no pensó tres veces y decidió que iba a alcanzar con el amor? ¿Dónde están esos dos que querían descubrirse el mundo juntos? ¿Dónde esta el tonto que no sabía tomar y hablaba de más, enamorado más que nunca?
¿Dónde esta ese cielo sin colores que tanto pintabas?
¿Cuándo fue que dejé atrás a la nena que se deslumbró de sólo verte entrar? ¿Cómo fue que las lágrimas nublaron todo? ¿Cómo dejaste que esas lágrimas se sequen y ya no podamos limpiar ese vidrio y no haya forma de ver todo con claridad?
¿Cómo hiciste para pasar de quererme al deporte de lastimarme? ¿Cómo hiciste para retirarte invicto y volver a la empresa de hacerme bien?
¿Por qué no me hacés bien?
Demasiadas preguntas, corazón, y no tenemos una sóla respuesta. Lo único que sé es que te quiero y me querés por más que no quieras o no puedas soportarlo.
Volvamos a dónde empezamos, mi amor, volvamos a empezar, volvamos a reírnos de cualquier cosa, a mirarnos y saber todo sin necesidad de hablar, a pegar dónde más duele y volver a reír como si nada. Volvamos a buscar a esos dos chicos, que nunca supieron por dónde empezar a quererse y busquémosles las respuestas, así los podemos soltar y dejarlos ir, felices, sin que nada más empañe sus días de gloria.
2 comentarios:
Hay ventanas que quedan manchadas para toda la vida. Hay que saber descubrir ver la vida, entonces, a trevés de otros vidrios...
uf...
ya lo dije en algún momento, hay cosas A las que no sé volver...
porque ahora no quiero volver pero en su momento, ni supe cómo.
Si encuentran la forma, disfruten! (y pasen receta por las dudas ;))
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