30 de diciembre de 2009

5 años



1 cuarto de mi vida llevo ya con esta herida. Que no se cierra, que no cicatriza, que no deja de doler. Y es que nunca va a cerrar. Pasen días, meses, años, el dolor es y será el mismo.
Este año fue un año que a nivel judicial trajo novedades. Año de sentencias que en algunos casos funcionaron como un respiro entre tanto dolor. Año de darse cuenta que pase lo que pase con la justicia nada nos va a traer paz. Un año nuevo nunca va a volver a ser feliz. Un 30 nunca va a ser un día más. Un recital, sea de quien sea, nunca va a ser lo mismo. El miedo, el recuerdo, el dolor, las ausencias se imponen cada vez.
El sabor amargo del olvido a cada año se acrecienta, la noticia en los diarios es cada vez más chica, el dolor es cada vez más imperceptible para el resto de la sociedad que ya olvidó.
Ya no pido simplemente justicia, pido memoria. Pido que no se olvide. Que no nos olviden. Son muchas las secuelas y lágrimas que derramamos desde hace 5 años. Y las que seguiremos derramando. El dolor se suma a la sensación de que todo sigue funcionando de la misma manera. La impotencia de que todo sea en vano.
Por los que se fueron y por los que quedamos, no olviden, no perdonen. Que nadie ignore este dolor, que se haga eco en todos, que no se repita la historia una vez más. Porque ya voy un cuarto de mi vida con esta espina clavada en el corazón. 5 años en los que todavía a veces pienso que es irreal, que no puede haber pasado. 5 años sangrando estas heridas. 5 años, de muchos cambios. 5 años de mucho llanto. 5 años de gente que se suma. 5 años de gente que se va. 5 años de recuerdos.
5 años, siempre el mismo dolor.

No hay comentarios: